El modelo Schöck Isokorb® T tipo A para parapetos y pretiles representa una alternativa económica para el encamisado con materiales aislantes. Este modelo transmite pares y fuerzas laterales transversales que resultan de un efecto dirigido de forma similar. Además, el modelo Schöck Isokorb® T tipo A transmite fuerzas de compresión.
Schöck Isokorb® T tipo A para parapetos y pretiles está concebido para una adaptación específica a las diferentes exigencias de la física constructiva y de tipo estático.
seguir leyendoPara la planificación y realización de parapetos y pretiles prefabricados se ofrece la pieza prefabricada (FT) y apoyo de montaje Schöck Combar®.
Este componente puede utilizarse combinado con el modelo Schöck Isokorb® T tipo A y permite la realización de parapetos y pretiles con separación térmica eficiente y duradera a base de elementos prefabricados y hormigón liso.
Los parapetos son sinónimo de arquitectura de azoteas. No solo la imagen corresponde a las exigencias de una construcción adaptada a la época actual, también el aspecto práctico de los parapetos es sustancial cuando hay que construir en altura y aprovechar al máximo el espacio interior del edificio. La azotea se percibe precisamente en el espacio urbano cada vez más como una superficie aprovechable: El ajardinamiento de cubiertas, el «urban gardening» y la azotea como espacio residencial ofrecen un valor añadido genuino a los edificios en el espacio urbano.
Sobre todo en la arquitectura actual, las cubiertas planas o los áticos residenciales son muy populares. La azotea sirve como extensión del espacio habitable y representa desde la perspectiva arquitectónica una superficie aprovechable y un lugar de residencia. El parapeto como componente de un edificio debe realizarse de forma óptima desde diversos puntos de vista:
En la práctica arquitectónica, los parapetos y pretiles se aíslan térmicamente con frecuencia, pero siguen realizándose todavía con aislamiento envolvente. El aspecto central de ello es la mejoría clara en la capacidad aislante de la separación térmica. Como los parapetos y pretiles discurren a lo largo del los bordes del edificio, de ello resultan problemas de naturaleza térmica similares al caso de los balcones. El efecto de «aletas de enfriamiento»; una amplia superficie exterior del balcón y parapeto, favorece el transporte del calor a través del puente térmico. Los parapetos están, no obstante, conectados adicionalmente a la esquina exterior entre muro y cubierta. De ello resulta una influencia geométrica suplementaria a través de la esquina exterior, que influye de forma desfavorable sobre la relación de superficie de interior a exterior. El anclaje de parapetos en el muro o la cubierta genera además un puente térmico dependiente del material, de forma análoga al balcón.
Las consecuencias de puentes térmicos de forma sinóptica:
Como en el caso de muchas conexiones en voladizo de edificios, aquí también se plantea la cuestión del aislamiento térmico. En los parapetos y pretiles hay actualmente dos opciones de aislamiento térmico que compiten entre sí. Tenemos, por un lado, el «encamisamiento», es decir, la realización de un aislamiento envolvente alrededor del parapeto, o el empleo de un elemento de aislamiento térmico portante.
En la conexión de parapetos se trata de un típico puente térmico constructivo. En la termografía izquierda puede verse una conexión con aislamiento envolvente y sus pérdidas térmicas. La termografía derecha muestra el flujo de calor de una conexión de parapeto con separación térmica.
El desarrollo de la temperatura en el elemento constructivo se visualiza mediante los distintos colores. El flujo de calor discurre por consiguiente siempre del sector caliente (en rojo) al frío (en azul). En la imagen izquierda puede verse que el parapeto presenta una alta pérdida de energía térmica, lo cual tiene como consecuencia una temperatura baja de superficie interior. Se pierde una gran cantidad de energía, ya que el parapeto siempre recibe calor. Por el contrario, en la conexión de parapeto con separación térmica apenas hay desviación de calor gracias al uso de Schöck Isokorb®. La diferencia en los flujos térmicos puede apreciarse con claridad. Con Schöck Isokorb® se consigue una clara separación del parapeto (en azul) y el conjunto calefactado del edificio (en rojo). El resultado de ello son también temperaturas de las superficies internas visiblemente más altas.
¿Cuál es la ventaja de utilizar un elemento de aislamiento térmico?